Acuéstate, cierra los ojos,

en breves segundos vivirás los sueños de Angus

Los sueños de Angus Scrimm: agosto 2006

miércoles, agosto 30, 2006

La guía del perro fantasma


"El hombre que llega a entender el presente no necesita nada más, sólo vivirlo". ("El camino del samurai", de Hagakure)

Esta frase apareció en mi vida visionando "Ghost dog, el camino del samurai" de Jim Jarmusch. Creo que resume una conciencia vital básica en mi vida, aunque debo reconocer que es difícil de cumplir, pero lo intento, que ya es suficiente.

Post Scriptum: Quiero mandar un saludo y un fuerte abrazo a los amigos de Georgetown, (Kentucky,Estados Unidos) que me están leyendo los últimos días, es un placer ver vuestra fidelidad, me resulta un reconstituyente perfecto para continuar escribiendo en el blog. Muchas gracias.




martes, agosto 29, 2006

En los puntos suspensivos debéis escribir

Y estaba en la caja acostado, muerto en el ataúd, frío como el cadáver que es, fue y será. De repente se levantó, salió de la caja, miró a la mujer con la que estuvo casado 42 años de vivo y 36 horas de muerto, ella estaba tranquila y bien maquillada, vestía un traje negro nuevo comprado para la ocasión, comía aceleradamente canapés cocinados in extremis por su madre para el "triste" velatorio, diciéndole él a ella...



(Continuad vosotros la frase. Podéis alargar el relato todo lo que os plazca, espero que lo hagáis. Si os apetece escribir un libro a partir de este párrafo, os agradecería que publicaseis el libro en un comentario. Hay una segunda opción, Darkblue7 , un blogger de color azul oscuro, le gustó más la idea de continuar la extensión de otra blogger, Zaidita. A mí la idea de que sigáis completando una historia me encanta, pero como veáis, es vuestra elección. Gracias.)

Post Scriptum: Esta es el primer párrafo de una iniciativa que espero mantener, me interesa mucho ver las distintas prolongaciones que hacéis. Yo publicaré la mía cualquier día de estos.



lunes, agosto 28, 2006

La conciencia surrealista (2ª rama del árbol)



Este texto debe ser leído sólo después de
  • este enlace, primera rama del árbol, necesaria para trepar por la conciencia surrealista.

    (El el recuerdo)


    Y continuamos hablando sobre los sueños, sin perder el más mínimo suspiro, ya que cuando se habla sobre aquella teoría de la desesperación en el más valiente, el más mínimo suspiro sirve al deseo de respirar profundo.
    Y yo perplejo, le comenté irresoluto, en una pregunta dudosa: “¿desde cuándo esperas su llamada callada en la zona oscura titulada incomprensión?”
    “La espero desde el hoy del ayer presente”, me lo dijo rápido, ya que tenía que expulsar un gélido fuego de color azul oscuro proveniente de sus entrañas limpias de lágrimas.

    Allá estábamos nosotros, entre el estanque y el gélido fuego, entre la luna invisible y el sol oculto, rezando a ese Dios que suele dar respuestas siempre que se le pregunta, ese creador todopoderoso llamado Dolor.

    Permanecíamos allí, inclinados sobre el suelo, cuando un sonido nos llamó a gritos desde el silencio oculto en el ruido que no nos llama, la resonancia incluía un mensaje huesudo de un corazón escuálido, que se asomaba timorato en un cuerpo esquelético.
    “¿Quién es?”, pregunté sin voz.
    “Es la mujer oculta que plantó la hierva del plantón”, contestó con voz.
    ¿Quieres hablar con ella?, averigüé con voz.
    “No, pero quiero saber el por qué de los por qué ocultados bajo el eco”, dijo desde la sinceridad.
    “Si tú deseo os complace, puedo dejar mi cuerpo aparcado en el segundo plano, penetrar y trepar en el tuyo y preguntarle con mi voz, lo que tu oído quiere escuchar”, le pregunté esperando un positivo a tanto negativo.
    “Me complacería que lo hicieras”, respondió él sumiso.
    Y lo hice, arranqué de mi cuerpo todo lo que era mío, me acerqué a su constitución y allí encontré empatía donde debía haber intromisión en la intimidad.

    Y lo hice, y allí estaba, siendo dos sujetos para una decisión activa.



  • sábado, agosto 26, 2006

    El mecanismo para que el amor no duela

    Sobre el recuerdo me siento…sobre el recuerdo espero. Si cuándo termine de contar hasta diez en mis recuerdos siento lo mismo se lo digo, es una promesa.

    Uno: (Recuerdo)El último año de mi vida comenzó con la extraña aparición, por sorpresa, de un sentimiento no reconocido, el amor. Ella era canaria, no recuerdo la razón por la cual acabó tan alejada de sus islas, pero podría contarles hasta la saciedad la razón por la cual acabó en lo más profundo de mi corazón.

    Dos: (Recuerdo) Se sucedían los días y las noches, las semanas y los meses, el frío y la calor, la ventisca y el viento, pero en mí, producto de la amargura, el tiempo permanecía bajo la lluvia de aquella noche, la noche que leí las últimas palabras de ella.

    Tres(Recuerdo): Tres suspiros son mucho suspirar.

    Cuatro: (Recuerdo) Después de este diálogo revelador, noté que la tormenta se acercaba sin remedio, ¡los poderosos truenos caminan sin descanso hacia mí! ¡Los esplendorosos rayos reflejan mi lúgubre cuarto! La lluvia, imperturbable, aún no ha llegado, pero la noto desde hace tantísimo tiempo. El gran embuste, provocado por mi miedo al rechazo seguro, ha desaparecido inevitablemente. Sólo puedo esperar, sentado en mi cama, a que la tormenta llegue.

    Cinco: (Recuerdo) el recuerdo asciende mientras la miro incrustada en lo alto del cielo, el proceso que me martiriza tendrá que esperar al amanecer, ahora soy incapaz de dedicar mi tiempo a hacer algo que no sea observarla en la cima del crepúsculo.

    Seis: (Recuerdo)sentía su amor no recíproco, la rabia indignada no comprendía el por qué de su decisión errada. “¿Por qué él y no yo?”, se convirtió en la letra de su desamor, perfecto compás el de aquel adagio, melodía sobre su sentir no correspondido.

    Siete: (Recuerdo) Lo único que siento sinceramente es mi gran cobardía, no estoy dispuesto a ceder un ápice de mi orgullo, no me he atrevido, ni me atreveré, a exponerle mi debilidad aquí expuesta. Me siento tan triste y patético, reflejo del sin sentido.

    Ocho: (Recuerdo) El que te escribe vive su secreto en sueños, de forma silenciosa, sin querer hacer el más mínimo ruido, por si te despertases, olvidando tus sueños nocturnos, aquellos en los que la razón no manda, en donde mi presencia podría ser percibida.

    Nueve: (Recuerdo)Me sorprende ver como tu piel morena pide descanso y tranquilidad a tu corazón indómito, “¡necesito un pequeño respiro!” exclama, “¡un pequeño suspiro es lo único que sale de mí!”, responde en una exclamación maravillosa tu naturaleza salvaje, a la vez que un largo suspiro atraviesa un cuerpo que no para de buscar la técnica que consiga que el amor no duela.

    Diez: en el diez descanso, respiro, miro a mi alrededor con la técnica para que el amor no duela, ese mecanismo se llama desamor.

    “Ya no estoy enamorado de ti, bella mía de mis sueños, te dije que las mariposas vuelan alto cuando sobre ellas no hay ningún peso que las mantiene en el suelo”.



    jueves, agosto 24, 2006

    La conciencia surrealista (1ª rama del árbol)

    Ayer, mientras conversaba con un espejo traidor que me reflejaba más sumiso de lo que me imaginaba, decidí revivir el curioso recuerdo de mi ayer antes de gastar mi saliva renovable con el arquetipo impío.

    (En el recuerdo)

    Estaba caminando con un viejo amigo, joven como yo, por una calle desafortunada en nuestra memoria, hablábamos de la misoginia y de un Dios encabritado en nuestras manos barbudas.
    Paramos en el primer estanque de la esquina recta, por la que girábamos siempre para volver a nuestras casas esquinadas en aquella calle recta.
    Poco después, nos sorprendimos respirando ámbar, acostados en una bola de cristal líquida y sólida situada a doce metros del estanque.
    Allí me comentó algo que lo desconcertó por dentro dos días antes de nuestra presencia conjunta en el presente del ayer pasado. Me dijo, entre lágrimas secas, que lo había dejado plantado una chica huesuda, en un lugar “no huesudo”, pero sí concertado con anterioridad por ambos seres humanos de distinto sexo.
    También me resaltó el hecho de que después de unos minutos esperando, unas raíces marrones salieron de su cuerpo aferrándose al duro suelo alquitranado. Le costó tres días oscuros y dos noches soleadas partir en diez cachos esas raíces marrones, paso imprescindible para conseguir abandonar la humillación de un plantón de raíces marrones.
    Yo le dije viendo el panorama: “bueno, es una desgracia del tamaño de la luna si te gustaba realmente el color y el olor de esa mujer”.
    Él me dijo:”si realmente no me gustaba, por eso estoy furioso con el tamaño de la luna”.
    Y continuamos hablando

    domingo, agosto 20, 2006

    Mientras duermes yo estoy despierto

    ¿Cómo se mira al ser odiado y durmiente de vuestra cama de matrimonio, sin ser oído el grito de tu rencor? Observa, pequeño aprendiz, en pocas líneas conseguirás saber lo que un desliz puede provocar en el amor de un enamorado con insomnio.

    Comienza el vínculo…desde que te conocí mi vida ha ido a peor, ¡desaparece!

    Mientras duermes estoy despierto, observándote respirar, anhelando dejarte tan solo como sólo tú sabías que estaba yo antes de conocerte e inmiscuirme en nuestra vida.
    Me acerco a ti, calibrando mis opciones para poder conseguir que dejes de hacer eso que observo sin disimulo, el recorrido final de este aire que expulsas por tu boca de hiena traidora y rastrera.
    Estoy tan cerca de tu aliento que consigo añorarlo, te acaricio suavemente el pelo limpio y bello, recobrando de nuevo el deseo por amarte, alejando el objetivo de mi cercanía, matarte.

    (El impávido recuerdo de tu felonía me insufla de nuevo el odio inicial)

    ¡Te odio con mi alma, ser amado! Te deseo fuera de mi vida.
    Creo tener ese exiguo derecho, por haber sido tu amante ahora despechado, que te obliga a permanecer fuera de una vida terrenal que no es tuya si YO realizo una petición justa, y no tienes elección ahora, ingrato pastor de cuello estrecho.

    (Estando despierto junto a ti, sueño con mi deseo)

    Allá en el sueño respiro: ¡En mis fuertes manos mueres ahora!, bello mío, en tu cuello quedarán las marcas de mis dedos afilados por el odio por siempre y para siempre, veo como falleces entre la oscuridad de nuestro dormitorio, veo tu rostro tras la última expiración de mi amor, lo veo inmóvil, lo veo muerto.

    Mientras duermes yo estoy despierto, ándate con ojo...bello mío.






    Post Scriptum: Angus Scrimm dice “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.


    sábado, agosto 19, 2006

    Y le lavé la cara



    Me acerqué a él temeroso, noté que su miedo de timorato le hacía daño y me hacía daño cómo lógica correspondencia a la empatía de quién convive.
    Sin saber cómo iba a reaccionar ante el nuevo cambio, le dije que se dejase de tonterías y de miedos infantiles, que necesitaba cambiar de look ya que él era demasiado clásico en su apariencia, que podía dar la sensación de apatía costumbrista, que no era atractivo ante el arriesgado, que no era bello para el conservador, que así no iba a llegar a ninguna parte nunca.
    Él me miró ofendido a los ojos, diciéndome entre llantos: "antes te gustaba, por eso me elejiste entre la multitud que te rodeaba". Yo le dije: "Sí, es verdad, querido blog, pero...desde hace algún tiempo no te miro con el mismo cariño".
    También le solté perlas de rencor, le dije que me aburría su apariencia y que disfrutaba más mirando a otros blogs, defraudado me sinceré con él diciéndole que, pese a que duerme en mi misma cama desde hace dos meses y medio, deseaba estar con otros blogs, y que, a no ser que se lavara la cara y cambiase su aspecto, yo lo iba a dejar en el rincón del olvido.

    Una palabra, una frase, una información


    Un silbido, una cometa, un avión, una muerte, un viaje, una sensación, un amor, una vida...un dolor. La vida continua, la muerte no.

    El lugar estaba vacío, pero él, entre los recuerdos, pedía que se apartaran. "¡Fuera de mí!", les gritaba llorando, ¡fuera de aquí!, lloraba mientras les gritaba. Nadie le escuchaba... nadie estaba.


    ¡Sí, sí...no sigas!(un silbido) ¡No, no...estás cansado!(Tumbado), ¿para qué?

    Una bala, un cañón, un dedo, una esperanza, un recuerdo, una ilusión, un silbido, una decepción, una excusa, un disparo, una muerte...un corazón. Una vida, un dolor...

    Un entierro, una tumba, un sepelio, una oración, un cura, una pala, un Dios, una persona, un llanto, una tristeza, un cadáver, una viuda, un amigo, dos amantes delante de una tumba, dos mentirosos, dos asesinos, dos encubridores, un muerto, un inocente.

    Una vida que ya no está, un dolor que se fue, una tumba fija, dos amantes que se aman.

    viernes, agosto 18, 2006

    En la cuna

    Videoclip Nach.- Una vida por delante



    Me encanta esta canción, me parece preciosa la letra y las intenciones del rapero con su hijo.
    Cuando tenga un hijo espero tener la capacidad e inspiración para que una obra mía sirva de palmadita en el culo de mi retoño.

    ¡Disfrutadla!

    La calle es la rutina por la que se camina aburrido

    La calle es la rutina por la que se camina aburrido, ¿qué música escucho normalmente en ella?
    Durante este verano tuve una experiencia que me marcó en gran medida, estaba en la costa de un pueblo español, volvía de marcha, estaba cansado y aburrido, eran las siete y media de la mañana y tenía un sueño tremendo, sólo deseaba volver a la casa de ese amigo que me cedió una cama y un gran favor.
    Ya me había desconectado de mi mundo y me dejaba llevar suavemente, sin demasiados problemas, por otros mundos en los que deseaba perderme. De repente, y sin avisar, desde la lejanía del espacio, apareció un sonido procedente de ella, ¡luego rompió el silencio, apareciendo en escena, otro sonido en respuesta al primero!, muy parecido al primero, pero noté en este caso la modulación de una respuesta sincera, ¡instintiva!, ¡maravillosa!
    Quise mirar al cielo aún estrellado buscándolas y la vi sólo a ella, la observé continuar la conversación en la que me introdujo a la fuerza. Una gaviota estaba acomodada en lo alto de una iglesia contestándole a otra que nunca vi, ni veré, en un idioma que nunca comprenderé, algo de lo que nunca podré opinar y algo imposible de reproducir por mi incapacidad.
    Después de eso volví a mi mundo, aquel en el que las gaviotas se comunican y yo no las entiendo hablar.






    sábado, agosto 12, 2006

    Simplemente con verlo

    Alfred J Kwak/ Intro



    Hace unos pocos días estaba en el hogar de un amigo, allí, después de haber disfrutado de una buena película empezamos a bucear por Youtube, buscamos intros de series de nuestra infancia, primero encontramos las típicas que todos recordamos al instante, después, escarbando en nuestra memoria, encontramos algunas otras series que ya teníamos medio olvidadas.
    Lo que pasó con esta serie de Alfred J Kwak nos sorprendió a todos, recordábamos la serie, algunos mejor que otros, pero según sonaba los primeros acordes del tema nuestra melancolía aumentaba, según se cantaba las primeras estrofas de la canción nos introducíamos en una nostalgia de nuestros 5 ó 6 años de vida.
    Cuando acabamos de verlo, nos miramos, yo no estaba viendo a mis amigos veinteañeros con problemas de veinteañeros, estaba viendo a los niños de 5 años que se vieron todos los capítulos de nuestro amigo Alfred. En sus rostros veía una mezcla de inocencia recuperada y tristeza al recordar lo maravilloso de la niñez.
    No sé si ellos vieron lo mismo en mí, pero os aseguro(no se lo conteis a nadie, me da vergüenza) que mientras veía el video me sentí otra vez como aquel niño asustado que deseaba quedarse en casa con su madre viendo los dibujos de Alfred J Kwak antes del colegio.
    Esta noche cojo un bus, me alejo de mi tierra, y comienza otra nueva etapa en mi vida, es posible que antes de coger las maletas e irme me vea un capítulo de Alfred de nuevo, ya que lo necesito, vuelvo a estar asustado por alejarme de parte de mi vida...

    miércoles, agosto 09, 2006

    Te vi en ella


    El recuerdo asciende mientras la miro incrustada en lo alto del cielo, el proceso que me martiriza tendrá que esperar al amanecer, ahora soy incapaz de dedicar mi tiempo a hacer algo que no sea observarla en la cima del crepúsculo.

    Bella mía, te veo hipnotizada frente a ella, yo desde acá, tan lejos de tu allá. Tu reflejo, como mi amor, es tan claro que puedo observar en tu rostro las huellas de la preocupación y de la confusión por amar demasiado.
    Soy capaz de divisar tu melena confusa y algo enmarañada mecida por el viento de tu isla.
    Me sorprende ver como tu piel morena pide descanso y tranquilidad a tu corazón indómito, “¡necesito un pequeño respiro!” exclama, “¡un pequeño suspiro es lo único que sale de mí!”, responde en una exclamación maravillosa tu naturaleza salvaje, a la vez que un largo suspiro atraviesa un cuerpo que no para de buscar la técnica que consiga que el amor no duela.
    Desde aquí me hipnotizan tus ojos otra vez, tan bellos como siempre, pero, al borde de ellos, veo que se asoman unas lágrimas que amenazan con suicidarse, ese llanto que se a próxima sin remedio provoca una profunda ansiedad en mi corazón, te pido desde la distancia que estés tranquila, que intentes guardar esas preocupaciones tan tuyas por lo menos el tiempo que la miras a ella, que a mí me ha servido por lo menos esta noche.


    Llama a mi puerta el hombre que consiguió arrastrarme hasta las lágrimas durante aquel día en el que nos miramos bajo la misma luna llena en la que ahora nos vemos reflejados, grito desde mi ventana que no puedo atenderle, esta noche no, le argumento diciéndole que te estoy viendo, ¡por fin!, después de mucho tiempo separados e invisbles, como parece que no me escucha vuelvo a alzar la voz para hacerle comprender mi emoción, ya que estoy viendo a nuestra luna tal como la miré el día en que tú y yo nos despedimos unidos en un inmenso abrazo.

    Post Scriptum: estas letras se las dedico a la persona que vi anoche reflejada en la inmensa luna llena que iluminó mi noche, me encanta verte D., aunque sea en el liviano reflejo que provocas en la luna que miraste anoche buscando respuestas.

    lunes, agosto 07, 2006

    No le vió nadie




    Mi yo sensible: No veo con toda la claridad que se me supone, ¿dónde estoy?

    El aura: (una idea rodea al camino).

    Aquel le dice:
    No se puede ver claro en un destino confuso.

    Mi yo sensible: El destino puede ser confuso, pero en el presente, ¿en dónde estoy?. No ves como el reloj continua girando..., ¿qué día es hoy?

    El aura: (una voz suspira una información).

    Aquel le dice: Estamos en agosto, entre el día 9 y el 7. Estás en la tierra que te vio nacer.

    Mi yo sensible: ¿El 8 de agosto?, ¿tengo que irme ya que de aquí, de este lugar que pese a que debía ser un recuerdo imprescindible soy incapaz de recordar?

    Aquel le dice: Sí, tienes que irte. Cuando tus caminos se multiplican ya no existen espacios físicos imprescindibles, ni siquiera en el recuerdo.

    El aura: (Mientras prepara la maleta él sopesa su vida conversando con ella).


    Mi yo sensible: ¿Qué tal, muestra de mi vida desordenada?, hacía unos 18 días que no te saludaba y mancillaba tu/ mi honor. Desde que saqué de ti, ilusionado y triste, mis prendas hace dos semanas y media no me había percatado ni de tu presencia, ni de tu color, ni de tu olor característico, y ahora vuelvo a verte aquí, tumbada, desnuda, abierta como una mujer de la mala vida, esperando a que introduzca mi esencia con cuidado, como te gusta, como me gustaba.
    Cuando hago la maleta siempre miro hacia los lados buscando consejo, no conozco a nadie que la prepare siempre igual, a lo mejor siguen algún tipo de estrategia predeterminada, pero cada maleta tiene unas características propias, que conforman su personalidad particular.

    Me planto ante ella, pienso: (...)


    Primero me quitaré los tres abrigos y dos cazadoras que no estoy usando en este caluroso verano peninsular.
    Lo segundo que voy a hacer es descalzarme, los cuatro pares de zapatos que usaré en mi próxima parada, me pesan demasiado por tanto andar.
    Poco después me quitaré los trece pares de calcetines negros que espero sudar en Jaén, los calcetines de colores no me agradan.
    Algo más tarde, sin dar demasiados rodeos, me quitaré las catorce o quince camisas y camisetas que he ido acumulando a lo largo de mis viajes.
    Sin prisa me quitaré los ocho pantalones largos que necesitaré en el invierno de no sé aún qué lugar, debajo de ellos tenía los ocho pantalones cortos que estoy usando en esta canícula meridional, también me los quitaré rápido, para no arrepentirme, y los guardaré con cuidado, de su utilidad nadie duda, ¿o tú sí que lo haces?
    De forma vergonzosa, pero rápido, me quitaré los catorce calzoncillos que usaré en Andalucía, los guardaré entre los pantalones y las camisas, para no perderlos de vista. Mi maleta me mirará sonrojada al verme desnudo, pero, como conoce mi ritual, permanecerá quieta y acostada, mirándome fijamente, entre los ojos, dentro de mi alma, esperando a que me acerque para ver como introduzco mi esencia, ¡eso le encanta!, ¡so, fémina de mala vida!

    El aura:(comienza el ritual).

    Aquel le dice: ¿Cuánto tiempo va a pasar hasta que vuelvas a este lugar que desconoces y tanto quieres?


    Mi yo sensible: No lo sé, a lo mejor 8 ó 9 meses, puede que más tiempo, depende de si estaré vivo para volver, o la pena que me acecha me convence para seguirla y dar de lado a Dios, o a ti, o a mí, o a ellos, o a nosotros, o a vosotros, o a ella (¡cuánto la echo de menos, ¡por Dios!!).

    Aquel le dice: ¿Sobre qué caminas?

    Mi yo sensible: Sobre mis recuerdos y mi nostalgia.

    Aquel le dice: ¿A dónde va tu vida?

    Mi yo sensible: Mi vida va allá en donde ya estoy, en la desesperación por una vida que no me complace.

    Aquel le dice: ¿Por qué no te quedas?

    Mi yo sensible: ¿En dónde?, no tengo un hogar en donde descansar, no encuentro el armario en donde poder dejar esta maleta que tanto odio y que me ve desnudo tan a menudo, no tengo a un Dios sobre el que rezar una plegaria para que cambie mi vida. No tengo patria, ni bandera. Sólo tengo una maleta marrón, sólo tengo unos recuerdos que se amontonan, sólo veo una escenario oscuro...
    Mientras una puerta se abre, veintidós se cierran, mientras una ventana ilumina el pasillo, veintidós son tapiadas por el paso del tiempo.

    El aura: (Desde las veintidós ventanas tapiadas comienza a llover, en el rostro de él las gotas resbalan por esa nueva ventana, el vaho no permite que veamos más allá de la misma).

    Mi yo sensible: Suspiro por vosotros.

    Suspiro por mí.

    Suspiro ante el tiempo, ¡gritándole insolente que mientras mi corazón lata ÉL no me vencerá!, lo insulto, lo margino, le digo que el lucero se ha apagado, que no me quedan cerillas, que no tengo mechero, que lo único que arde es la melancolía que nunca meto en la maleta, ya que siempre la llevo a cuestas, sobre los hombros agotados.

    "Tres suspiros son mucho suspirar": escribió Alnitak(ella) el 5 de junio.

    Suspiro por el pasado, suspiro agazapado, suspiro con todos vosotros, aunque no me veáis estoy y estaré siempre allí suspirando.
    Respiro con algunos de vosotros en el presente.
    Me ahogo solo en el futuro, pese a que aún no ha llegado, el aire me empieza a faltar.

    Último suspiro..., la maleta me espera.

    Aquel le dice: ¿Qué te queda por meter en la maleta marrón que está acostada en tu cama?

    Mi yo sensible: Me queda por meterte a ti, ser amado y querido, entre sollozos y esperanzas de volvernos a ver, te escondo entre los calcetines y las camisas, lugar perfecto en donde siempre te voy a ver cuando te busque.
    Me queda por meter a mis recuerdos, entre los pantalones y las camisas, intentando que el tiempo y el espacio no los desvirtúen, procurando sofocar el miedo que tengo a vivir siempre en el recuerdo de una vida magnífica, sólo magnífica en mi mente, insuperable ante el olvido.
    Me queda por meter mi amor por vosotros, es tan grande lo que siento por todos que, a veces, dudo de que me quepa en la maleta donde llevo siempre lo necesario para afrontar el tiempo. Lo suelo colocar en el fondo del equipaje, no sé por qué lo hago, puede que en cierto sentido crea que allí va a estar más protegido, salvaguardado de todas las inclemencias que pueda encontrar en mi nuevo camino lejos de vuestra presencia.

    El aura: (Él terminó de hacer su maleta).

    Aquel le dice: ¿Dónde estás que no te veo con mis ojos que lo perciben todo?

    Mi yo sensible: Aquí, ¿no me ves?, siempre estaré aquí mientras los días y las noches no me acerquen a la felicidad.

    Aquel le dice: No, no te veo, sólo veo a tu maleta.

    Mi yo sensible: Entonces estás viendo todo lo que se puede ver de mí mismo actualmente, en cada sitio en el que he estado he ido dejando una parte de mí, puede que haya viajado demasiado y simplemente no tengo nada más que repartir a quien me encuentre por el nuevo camino.



    El aura: (Aquel mismo día, a eso de las doce de la noche, la maleta salió de aquella habitación, se dirigió a la estación de autobuses que tanto conocía, la más cercana(la única) y cogió el primer bus que salía para Madrid. Nadie vio al ser humano que preparó esa maleta, sólo fue vista ella...


    Sólo necesito que te vayas



    A ver, compañero blogger, imagínate en tu sólido hogar, imagínate cómodo sentado en tu sofá preferido, imagínate feliz mientras contemplas un paisaje fosforescente, imagínate viviendo una rutina complaciente mientras te sientes querido.
    Imagínate disfrutando de los tuyos hasta hartarte, imagínate comiendo y bebiendo lo que te viene en gana, cuando te viene en gana, donde te viene en gana. Imagínate despertándote todos los días a la hora que más te conviene, imagínate acostándote todas las noches a la hora que más te conviene, imagínate viviendo una vida independiente donde no le tienes que dar explicaciones a nadie, imagínate desnudo en mitad de tu sala de estar pensando en la vida de Alejandro Magno mientras devoras un manjar que has preparado a tu gusto.

    Después de imaginarte todo esto, incrusta en esas fantasías a un amigo que no ves desde hace mucho tiempo, que, pese a ser uno de tus grandes amigos en la Universidad, ha sufrido un cambio esencial en su personalidad. Imagínatelo viviendo contigo veinticuatro horas al día, descubriendo una miseria suya a cada minuto que vivís juntos, imagínate profundamente decepcionado, imagínate extremadamente molesto con él y con tu vida desde que apareció, imagínate vestido en tu sala de estar pensando en como deshacerte de tu amigo mientras notas como te observa y te controla, imagínate ofuscado, cabreado y harto.
    A ese amigo no lo reconoces, ni lo reconocerás, se comporta como un desconocido, te solivianta constantemente, deseas que se vaya de tu vida idílica y rutinaria pero eres incapaz de decirle que desaparezca.

    ¿Cómo se le dice a un hombre que fue un amigo que te está importunando y que deseas que se vaya de tu vida?
    En menos de lo que canta un gallo un gran amigo pasó a ser una simple visita, posiblemente deseas suspirar.

    La única razón por la que deduzco mi presencia en este sin sentido es porque tengo la sensación inusual de que vivo una vida que no es mía.

    jueves, agosto 03, 2006

    Siempre que una decisión es incómoda


    Comienza un vínculo... retrato el objeto más cercano pensando en él cuando lo idealizo, olvidándome de su presencia cuando él está cerca, compruebo sin descaro el olor del desencanto, me fijo en esa pequeña verruga que tiene entre la observación y la arrogancia, disimulo no verla por mi debilidad(prefiero no llamarlo cobardía), ya que él me observa y me intimida defraudarle...
    Nuestra entorno nos observa, juzgándonos de forma incomprensible allá tan cerca de nuestra esencia, de nuestro cálido hogar, de nuestra historia juntos cerca del meridiano Greenwich, "Donde hacía calor, el frío no se siente nunca" escuché decir, entre risotadas, al viejo del estanco de aquel pueblo tan próximo al sol.
    Lo que más me incomoda es que él siempre está omnipresente en mi vida, no me puedo apartar de su recuerdo actual hasta que no desaparezca, o se evapore, o sufra una atípica combustión espontánea.
    La luna, hace hoy varios miles de años, cuando permanecía llena, entre Dios y la tierra, siempre nos dijo la misma frase a los niños que no la mirábamos de reojo: "cuando una elección trascendente debe sumergirse en la incomodidad patólogica de la complacencia , siempre corres el riesgo de ahogarte pensando que la liviana valentía pesa menos en el corazón que nuestra cobardía fiel".
    (Vuelvo a escuchar hoy a la luna tras el armario de mi habitación)
    Subo trepando en mi decisión adulta, antes de comenzar el ascenso me dije: "decido allá, aquí no puedo hacerlo ". Me miro roto por la vergüenza sudando debido al esfuerzo, ya arriba le digo que necesitamos hablar, que no puedo continuar con esto, que estoy agotado al saber que está allí tan cerca de mi cama, también le comento que, desde hace un tiempo, no le puedo mirar a la cara. Gritando, en una inmensa exclamación, le suplico que se vaya y me deje tranquilo de una vez, cuando se lo pido por favor me siento algo humillado, lo detesto, no tengo por qué sentirme humillado al ser sincero y débil.
    Al rato me pregunta que por qué no se lo había dicho antes, que por qué ese rencor, que por qué la confianza de los años no ha servido para ser franco con él. Yo le digo que desde que le conocí, más o menos mil años después de terminar mi niñez, estuve despistado mirando a la luna de reojo...