Acuéstate, cierra los ojos,

en breves segundos vivirás los sueños de Angus

Los sueños de Angus Scrimm: julio 2006

domingo, julio 23, 2006

Sobre el amor no correspondido

Fijaos en un gato que lucha con todas sus fuerzas contra algo tan abstracto y etéreo como es el Mac. Vale, algo tan simple como puede ser un jodido sistema informático para un gato se convierte en una lucha sin cuartel, una batalla de segura derrota, un problema sin solución. Todo termina en una huída indignada.

Es curioso, ante el amor me siento como ese gatito.






sábado, julio 22, 2006

Me encontré con su mirada

Entre bostezo y bostezo, visionando la "Pasión" de Ingmar Bergman, recobré la lucidez con el video siguiente y con la mirada de Liv Ullman.

No sé a ustedes qué les parecerá, pero creo que si existiese Dios descansaría en esos ojos.

(Nota del koala: Iba a poner "enjoy it!" pero un filólogo en el abismo me dijo que era impropio de un koala verde, me desveló que en verdad sería propio de un koala rosa).



lunes, julio 17, 2006

Una decisión errada

Desde hace unos minutos he notado que una parte de mí hace tiempo que no se descubre soñando con ser feliz, es curioso.

Desde hace unos instantes he notado que una parte de mí hace tiempo que no se descubre saboreando la vida, aprovechando hasta la última miga del plato que tanto me gustaba, es extraño.

(El silencio me duele, os escucho aunque estéis callados, ¡silencio!).

Una parte de mí acaba de mirar al cielo, me descubrí deseando estar en el lugar donde mis ojos descansan, es triste.

Una parte de mí acaba de morir por una tristeza que desconocía, la luna está más blanca y luminosa que nunca, es conmovedor no verla, ¿no os parece?

(Quiero montarme en esa ola que no lleva agua).

Noto que mi vida no me hace feliz, es curioso, es extraño, es triste, no puedo decirles que me parece conmovedor, lo siento.

(Una gota de agua me moja).

Desearía vivir muerto, por lo menos no tendría la sensación de que estoy desaprovechando mi vida, es patético.

Desearía morir vivo, ando tan lejos de la vida que soy incapaz de imaginarme VIVO en mi lecho de muerte, es hipócrita por mi parte.

Deseo la agonía, por lo menos mi muerte tendría la intensidad que mi vida nunca tuvo, es una vergüenza.

(¿Quién acaba de encender el fuego? Yo no he sido, ¿has sido tú? ((((silencio)))))

El otro día me puse un cinturón violeta, noté que no me hacía falta, mis pantalones se ajustaban a mi cuerpo a la perfección, me lo quité sin dudarlo. Lo puse en la silla verde que está junto a mi cama de soltero. Salí de casa poco después, nunca más volví a ver ese cinturón.

Unos minutos después, cuando caminaba por el parque que está tan cerca de mi casa, aquel mismo día que no me despedí del cinturón, vi a una niña que caminaba con ciertas dificultades. Llevaba en los hombros una mochila extraordinariamente grande y pesada. No comprendo la razón por la que los padres de esa niña no la ayudaban a llevar esa mochila tan incómoda… me parece tan injusta la actitud de sus progenitores.

(Yo qué sé)

Estoy vivo, verdad. Miro al cielo otra vez. Pero algo ha cambiado, es presente y estoy en el puente de San José, el puente más alto de la ciudad en la que vivo y no recuerdo ya. Mirar al cielo me provoca una gran angustia…me asomo y miro al precipicio. Veo un río a unos cincuenta metros, no recuerdo el nombre del mismo, me da igual no poder navegar entre mis recuerdos.

Estoy vivo, verdad. Decido suicidarme en ese puente. Es fácil, lo único que debo hacer es sortear un gran obstáculo, mi conciencia. La sorteo, aún estoy vivo, aunque comienzo a notarme muerto.

Estoy vivo, verdad. Sorteo la pequeña barandilla de protección. Cuando mi próximo paso sólo puede ser el vacío, me sujeto con fuerza al pretil para no caer en mi decisión aún. Yo decido cuando debo caer y perecer, faltaba más.

Estoy vivo, verdad. Recuerdo a mis seres queridos en ese instante, los recuerdo cuando miro al cielo otra vez y recuerdo a mis seres queridos cuando despego mis manos de la baranda y recuerdo a mis seres queridos al notarme libre y ¡respiro! y ¡disfruto! y ¡salto!

Salto pensando en mis recuerdos, caigo al vacío soñando con mis sueños, grito implorando al río, rezo pidiéndole a Dios que no me aleje del cielo, me estrello contra el río y sus rocas desafiando la tiniebla.

Más o menos un segundo antes de besar las piedras de mi lecho, me percaté de que no deseaba besarlas, me arrepentí del suicidio en ese segundo pre mortem.

(Nunca de mi gusto fue la impulsividad de mis actos)

Estoy muerto, ¿verdad?