Acuéstate, cierra los ojos,

en breves segundos vivirás los sueños de Angus

Los sueños de Angus Scrimm: enero 2008

lunes, enero 28, 2008

Uno, dos, tres,cuatro, cinco, 6 cubitos de hielo

“El ruido apaga el calor”, sólo sé decir estas cinco palabras los domingos de madrugada.
. Sobre las leyes mecanicistas no poseo ningún concepto remoto.
Ante la oscilación absorbo impulsos y los escupo en degradado bien hacer. Por supuesto, ser hacedor de un nuevo reino me satisface la piel de erizo que visto.
Sí, lo reconozco, soy el mismo que limita el binomio razón lógica con la digresión de la locura empírica.
Sí, admitido está, fui la verdad de dos mentiras somníferas y acabé en un banco de “los draguitos”, durmiendo en donde revivía mi pasado de escaldo solemne.
Sí, lo supe al verte callar. Dejad la humillación para tardes de baja memoria, ya que hoy ni soy ni fui nada ya dicho. Al presente del alba comencé a ser lo que seré mañana, dos zapatos desperdigados por el suelo, un abrigo puesto perennemente sentado en la cama, junto a una pasta de dientes al lado del móvil

No hay mayor devoción que la sutura de un beso bejuco, ¿verdad, infame?

domingo, enero 06, 2008

Érase una vez... la felicidad.

Déjame escribirte, mi niña, pero en esta irrealidad manda esta pluma sin demasiada tinta. Por tanto, para no perder tiempo muéstrate sumisa, genuflexa, sonríeme a distancia y desde abajo. Sé mía un rato ahora que el orden me mira a los ojos; así que “rapidito que me aburro”.


Ahora estate atenta y quieta en esa sillita de mimbre. No te muevas, porfa, déjame concentrarme. Entre tus besos a distancia no ligo ni versos ni palabras dignas de un buen retrete público. Supongo que debo acostumbrarme a esta pérdida de mi propia soledad.

Gracias a ti, comienzo mi futuro sin vida propia, lo perdí cuando decidí disiparme entre tus abrazos y sueños. Chica, joder, te pertenezco, no lo puedo evitar, soy débil ante ti ya que eres mi límite y mi proyección, eres mi razón de ser, de estar, de parecer y de existir. Existo por tu viva mecha de alegría y belleza, de simpatía y madurez, de Dios sabe cuántos detalles que te veo por los que sólo sé amarte.

Dicha ignición, yo mismo, se evapora entre tus susurros, en una simple mirada cómplice, vuelo y vuelo cada vez más alto porque me salvaste del caos en el que estaba metido.(Érase una vez la felicidad).

Lo reconozco, soy culpable de adorarte, de observarte mientras duermes sumida en insomnios de enamorada. Soy prisionero de tu calor en 10.000 noches frías, de tus planes, de tu poder sobre mí. Soy una reja en el campo, soy un gusano en una manzana que flota sobre el mar (¿cómo?).

Ahora que la llama se apaga ante los aires estresados, no me avergüenza reconocer que tengo una actitud retadora frente a mi entorno y frente a mí mismo. ¡Tú Dios, escúchame y no se te ocurra mirarme! Como me envíes al infierno y pierda las manzanas y gusanos de su regazo, que te quede claro, pactaré con el diablo 3.000 años de dolor agudo si me ofrece contemplar dos segundos de su sonrisa. Hazlo Satán, hazlo…, házlo e intenta separarme después, como me alejes de ella me convertiré en un perro rabioso y te morderé la cola arrancándote cada una de tus jodidas pulgas.