Acuéstate, cierra los ojos,

en breves segundos vivirás los sueños de Angus

Los sueños de Angus Scrimm: Sinfonía de un recuerdo

sábado, junio 23, 2007

Sinfonía de un recuerdo

El día de San Juan marca mi vida casi siempre, hoy saldré con mi niña austríaca y quemaré deseos como quien quema rastrojos , a ver si atinamos y se nos cumple algún deseo de reencuentro.
Este día fue maravilloso el año pasado, pongo aquí un texto que escribí el septiembre pasado y que sirvió de conmemoración del 23 de junio del año 2006 y de la gente con la que lo pasé, espero que os guste, llevaba desde septiembre sin leerlo y me encanta haberlo escrito, porque este año descubrí que existen emociones que se crean en San Juan altamente inflamables, pero siempre quedarán cenizas en mi recuerdo que guardo y guardaré en una urnita con muchísimo cariño, a continuación vais a meter la cabecita en mi urnita, ¿es bonita, verdad?
Sinfonía de un recuerdo
"En dónde comienza un recuerdo es algo fácil de saber, únicamente tienes que ubicarlo espacio-temporalmente y todo estará resuelto en un plis plas.Algo más difícil de calcular es en dónde comienza un sentimiento, una emoción, una amistad recíproca, sustentada por el amor de amigos, ese tipo de amigos a los que les molesta profundamente perderse en la distancia que separa el Atlántico. Para muchos, querer a alguien es algo que se va construyendo poco a poco, piececita a piececita, sin días, ni horas o minutos que marquen el devenir emocional. Yo también habría dicho algo parecido hasta hace tan sólo unos meses, pero hoy por hoy, niñas, he llegado a la conclusión y por ello estoy seguro de que hay días, de que hay horas y de que hay minutos que marcan la intensidad del querer, del echar de menos, del necesitar…
¡Y de repente volvisteis a aparecer vosotras en una historia de mi vida actual!, gracias a algo que he vivido en Málaga esta semana, algo que no sólo me provoca teneros presente, sino que me provoca una intensa labor de reminiscencia.
Os cuento, estábamos el miércoles en el salón mis dos compañeros de piso, la novia de uno de ellos y una amiga de ella, más, cómo no, yo mismo. Había una guitarra, dos voces más o menos aventajadas, muchas ganas de pasarlo bien y un buen rollo tremendo. Jorge tocaba la guitarra y cantaba, Bernardo sólo cantaba. Empezaron con una canción de Oasis y otra de The Beatles, siguieron con Stereophonics y una canción que no recuerdo de un grupo que no soy capaz de nombrar. El ambiente era fenomenal, estaba disfrutando como un loco viendo regocijarse a todo el mundo con algo tan básico como la música y las canciones, “mi rollo en esencia” creo que pensé, y seguí escuchando tranquilo.Habiendo pasado una hora de “conciertillo”, Jorge comenzó a tocar unos acordes que me sonaban y que pronto averigüé que amaba, le dije emocionadísimo que parase, ya que tenía que ir a por mi mp3 para grabar esa canción, en ese momento sentía que era necesario grabar un recuerdo relacionado con las emociones que brotaban de mí al escuchar "esa" canción por segunda vez este año, después de tantos meses, de tantas risas, de tantas lágrimas, de tantas despedidas, de tantos recuerdos, de tantas llamadas, de tantos correos, de tanta indecisión, de tanto amor, de tanto dolor, de tanta amistad, de tantos abrazos, de tantos besos, de tanta honestidad, de tanto necesidad de querer y ser querido, de tantos viajes, de tantas maletas, de tantos nombres acumulados en ella, de tantos días y de tantas noches pensando en vosotras dos y en vuestro entorno que conozco.Jorge paró de tocar al escuchar mi petición, fui corriendo a mi habitación, cogí corriendo el mp3 y lo encendí corriendo, poco después volví corriendo al salón, allí les dije tranquilo y mintiendo que iba a grabar la canción porque tenía un "amigo" que le encantaba esa canción y le encantaba escuchar todas las versiones de la misma. Mentí para protegerme de un ambiente desconocido, no era el momento de abrir mi corazón.

Me senté despacio en uno de los sofás (esto no lo hice corriendo), eran sobre las once y media de la noche y esperé ansioso a que empezara a sonar la guitarra.Hubo risas nerviosas al saber que tanto su música como sus voces iban a viajar a lugares desconocidos, aún así aceptaron, se prepararon y...los acordes volvieron a sonar...
Mientras la canción nacía me sucedió algo bastante extraño, ¡comencé a volar!, primero por el pequeño salón, pero poco después vi la jaula en la que se convirtió el piso, tuve que salir por la ventana y empecé a coger altura, allí seguí volando en una única dirección, suroeste.
Atravesé el estrecho de Gibraltar rapidísimo, sin mirar atrás me introduje en Marruecos. A la misma velocidad que atravesé el estrecho, atravesé Marruecos y llegué al Atlántico. Allí me perdí buscando dentro de mis emociones, acabé encontrando por casualidad Lanzarote. Poco después llegué a FuerteVentura, tuve que preguntar a un paisano el camino más rápido para llegar a mis recuerdos, este hombre estaba sentado cabizbajo en lo alto de un acantilado de raíces moribundas, llorando un amor no correspondido y cuando lo encontré estaba gritando al viento las virtudes y desvirtudes del vuelo de las mariposas. Me dijo que atravesara esa isla cercana y desconocida llamada Gran Canaria, ya que poco después vería sin reconocer, en la isla posterior, a un montón de seres queridos que me guiarían sin error.

Y llegué a la isla de Tenerife guiado por no sé quién, acabé sobrevolando San Cristóbal de la Laguna y Santa Cruz de Tenerife. Recorrí todo el puerto alejándome de la ciudad, no sabía a dónde iba ni a por qué iba, sólo iba, sin dignarme a preguntar nada a mi guía desconocido.
A lo lejos divisé cientos de luces amarillas, escuché mucho ruido, y vi a mucha gente alrededor de los destellos. Decidí ir a ver qué pasaba por allí, estaba siendo atraído sólo por una intensa curiosidad.
Eran las tres de la mañana en aquella noche cerrada, la temperatura era muy agradable, yo llevaba puesto un pantalón vaquero y una camiseta de manga corta azul. No tenía frío, no tenía calor, todo era perfecto.
Descendí suavemente sobre una playa llena de gente, cientos de fogatas sembraban el ambiente y la arena, chicas en bikini, chicos en bañador, alcohol, música, risas, conjuros y magia, mucha magia sobre todo.

Me descalcé, comencé a caminar por la arena artificial de la playa de “Las Teresitas”. A los veinte segundos os encontré, estabais sentadas alrededor de una fogata sin llama, estabais hablando sobre el amor, sobre los sueños, sobre el sexo, sobre las despedidas, sobre las relaciones de pareja, sobre lo bien que sienta el primer beso que os sorprende. Noté cómo procurabais no tocar el tema espinoso del día, Olga Álvarez y su maldad. Os veía cansadas, pero sonrientes, os veía con sueño, pero despiertas, aprovechando el descanso de esa noche programada para descansar. Cantabais canciones a capela, a dúo, o en solitario. Teníais el pelo aún mojado por vuestro baño en el Atlántico. Pero estabais todo lo contentas que podíais estar, y eso me alegró muchísimo.

Me senté alrededor de la fogata colonizada por el recuerdo, vosotras me esperabais y no os sorprendió mi llegada. Me preguntasteis a donde había ido, yo os dije sin dilación y tumbándome de medio lado que daba igual donde hubiera estado, que en ese instante estaba con vosotras y que eso era lo más importante. Al poco tiempo me incorporé y os grité que debíamos aprovechar el momento, el nuestro, el único, ya que después del adiós no encontraríamos más fogatas que colonizar.
Me uní a vuestras conversaciones con miradas de aprobación y desaprobación, os di mis opiniones sobre el devenir de las cosas pequeñas y de las grandes, pero sobre todo os observé… os observé mirando al oscuro cielo y a las pequeñas estrellas, os observé soñando con los sueños de la infancia, de la adolescencia y de la juventud. Os observé mientras en vuestros ojos aparecía la luz brillante de la mirada inocente y buena.
Sonreíamos recordando a esa pequeña botella de ron que había desaparecido entre la fina arena hacía escasas horas. Reíamos con fuerza hablando de la locura dispersa de nuestra amiga E. Reíamos, ya que contábamos con verla aparecer en cualquier momento, hasta que pacientes contábamos, un poco más tarde, las veces en las que no apareció cuando debía aparecer.

Vosotras estabais especialmente guapas aquella noche marcada como San Juan en el calendario, vestíais ropas desenfadadas, estilo que siempre recordaré en vosotras, hablabais de forma desahogada y sonreíais de forma descomedida también.

Hubo un momento, D., que nos preguntaste si conocíamos una canción que a ti te encantaba, yo te dije que no reconocía el título de la canción, “a lo mejor la conozco” te dije.

Recuerdo a la perfección tus movimientos, D., respiraste profundamente, cerraste los ojos, y empezaste a marcar el ritmo continuado de la canción que poco después ibas a cantar, a los tres segundos de comenzar reconocí el tema, te dije que llevaba años sin escucharla y que me encantaba, sonreí como un niño ilusionado por la sorpresa, sonrisa que compartí contigo, L.

Según avanzaba la canción que cantabas, D., la emoción aumentó por nuestros cuerpos, por la espectacularidad de tu interpretación a capela nos sentimos afortunados al escuchar tan cerca a alguien con tanto talento.
Fueron tres minutos mágicos, sólo lo vivimos nosotros tres, sólo en nuestra compañía pudo haber surgido. Me di cuenta de que debía aprovechar esa canción para abrazaros, ya que os tenía extremadamente cerca, debía aprovechar el poco tiempo que me quedaba para daros besos y caricias de ánimo y cariño, y lo hice, os di muchos abrazos y muchos besos, muchas caricias de ánimo y cariño, ya que en los sueños la vergüenza por dar ternura no aparece nunca, ojala en la realidad también tuviese tanta valentía para no dejar de aprovechar el momento de las despedidas.

D. cuando acabaste la canción abrí los ojos y estaba en Málaga otra vez, descubriendo que en los sueños el tiempo y el espacio son relativos, estaba muy lejos de vosotras otra vez, con un nudo en el estómago tan grande como la necesidad de deciros lo mucho que os quiero, lo mucho que os echo de menos, las muchísimas ganas que tengo de veros pronto, lo mucho que recuerdo esa noche de San Juan que fue sólo nuestra, lo importante que fuisteis para mí en mi estancia en Tenerife, lo importante que sois en mi recuerdo y lo que deseo que sigáis siendo importantes en mi futuro.

Me da igual parecer más o menos fuerte, más o menos sentimental o más o menos débil. Me da igual publicar mis necesidades afectivas, mis ganas de abrazaros y mis ganas de soñar con veros, abrazaros y besaros en un sueño ubicada en un escenario que conocimos el 23 de junio, día de San Juan."

6 Comments:

Blogger christiano lombardo aporta a mis sueños:(comillas)

No eres más débil por mostrar tus sentimientos...todo lo contrario.
La persona que es capaz de reconocer y afrontar sus debilidades lo hace más fuerte todavia si cabe

1:56 p. m.  
Blogger christiano lombardo aporta a mis sueños:(comillas)

ahhhh,me olvidaba.quedan 11 dias.La cuenta atrás a comenzado.Tenerife sufrirá en deterioro bastante considerable en su corteza terrestre

2:00 p. m.  
Anonymous Anónimo aporta a mis sueños:(comillas)

Oi, achei teu blog pelo google tá bem interessante gostei desse post. Quando der dá uma passada pelo meu blog, é sobre camisetas personalizadas, mostra passo a passo como criar uma camiseta personalizada bem maneira. Até mais.

8:01 p. m.  
Blogger Unknown aporta a mis sueños:(comillas)

Creo que eres mejor y mayor persona desde tu paso por esas tierras. Era complicado, pero así es.


P.S.: Por cierto, yo, en tu lugar, le pediría al compañero luso una camiseta personalizada.

10:24 a. m.  
Blogger Angus Scrimm aporta a mis sueños:(comillas)

OH MY GOD!!!

O meu primeiro spam, despois dun ano!!

Rodrigo, vou facerme unha camisola cun cú que poña: "meu, non eres benvido no meu blog, porcallán"

Sí, Pol, soy mejor persona, sin duda, gracias a no demasiada gente, gente que ya no está, por cierto, su función en mi vida nunca podré agradecerla en su justa medida.

2:28 p. m.  
Blogger adictaacruzarenrojo aporta a mis sueños:(comillas)

A veces no lo m�s breve es lo m�s bueno...(no le sobra ni una palabra...)
Un beso rojo

1:55 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home