Descuido
Se me olvidó postear en noviembre, pese a que tenía un texto preparado. Aquí os lo pongo, pensad que estáis en noviembre (pongamos el 15, sentados en banco. Llueve, un perro riega un abeto. 15 de noviembre) y así el ritmo del blog permanecerá como siempre ;-)
Ahora sólo se alimenta de ricachones la muy víbora, no aprendió de las flatulencias a ritmo de Schubert del pasado. Conchita, así la llamaré para protegerme, hace años ya soñaba desde la miseria con glorias reales. A fuerza de colchones hoteleros y suspiros intermitentes, esas pretensiones se convirtieron hoy en coches rojos, gafas blindadas y alhajas tintadas. Nada más.
Contoneándose en los pasillos del Ritz, la descubrí mirando mi ilusión mientras yo observaba la suya. Un día cualquiera, una caverna en la recepción sirvió para consolarnos con Platón pero no para dejarla ciega, puesto que al rato la vi de nuevo en el vestíbulo tropezando con sus sueños, delante del ascensor.
Contoneándose en los pasillos del Ritz, la descubrí mirando mi ilusión mientras yo observaba la suya. Un día cualquiera, una caverna en la recepción sirvió para consolarnos con Platón pero no para dejarla ciega, puesto que al rato la vi de nuevo en el vestíbulo tropezando con sus sueños, delante del ascensor.
eres un diamante en bruto,sigue luchando,y siente mi profunda admiración que te profeso
un abrazo
en lugo estaré este domingo tarde,haber si hablamos