Un relato ya escrito
Amo tus cuatro segundos, mi niña, y que sean de tu posesión usufructuaria no es razón suficiente para que llegues a comprenderme. Pongo el ejemplo de hoy por resultarnos circunciso a nuestra memoria, cuando, después de trotar en la extraña aguanieve vienesa, me explicaste, como si nada, una emoción, afluente de una representación de amor gerontófila. Al terminar, me la mostraste con suma sensibilidad, carente de bochorno, con tus manos sobre el pecho compungido y bajo un silencio ya contado, para que yo te saborease enamorado, deseando un poco más.
Interesante tu punto de vista en la pasion
4 segundos pueden ser suficientes para una pasión no querida.
Saludos.
Interesante.
Prometo regresar y tener algo más que comentar.
Un fuerte abrazo desde el Otro Lado.
Contar en veinticuatro segundos lo que amas de sus cuatro instantes, es una postura más que idealista sobre lo que se alarga y diluye en cada momento. Estoy segura de que hay muchas horas de rumiado sobre sus cuatro segundos y sobre tu relato ya escrito y sobre todo con todo lo que has soñado desde entonces...
Un enorme beso Angus.
Mamen
Paulatinamente, tus sueños se van haciendo más profundos, más oníricos (valga la...), más gerontófilos...
Abrazos.
¿Un caso de amor ante notario?
Me preguntó qué pasó al 5º segundo...
sospecho que el quinto segundo es donde acaba todo...
a veces cuatro segundos son toda una vida...
La pasión en fracciones de cuatro segundos. Eterna, aunque se lea en 24 segundos.
Un abrazo,
sergi